MEET RENATA
Soy Renata Patrón, mejor conocida como Pie Chueca.
Nací en la Ciudad de México en 1994 y hoy estoy echando raíces en Todos Santos. Soy una artista multidisciplinaria —por naturaleza y por necesidad. Soy zurda y estoy bendecida con un toque de dislexia, así que he estado pintando fuera de las líneas desde el primer día.
Me muevo entre el caos y el orden con esa gracia despreocupada que solo la vida (o un tropiezo perfectamente calculado sobre mis propios pies) puede ofrecer. En mi estudio, el diseño gráfico, los textiles, la pintura, el muralismo, la cerámica e incluso el arte del tatuaje conviven —a veces en armonía, a veces como hermanos peleando por la última rebanada de pizza.
Mi trabajo oscila entre el blanco y negro más crudo y el color fuerte, ruidoso y sin disculpas, creando personajes y mundos que se niegan a encajar en cajitas perfectas. ¿Mi mantra? “Lo que para ti es chueco, para mí es derecho.” No es solo una forma de ver el mundo: es la manera en la que doblo, retuerzo y juego con la forma, la perspectiva y los límites de lo posible.
Final Piece
Si soy sincera, esta es la etapa que más me sorprende. Nunca sabes del todo cómo va a terminar una pieza hasta que la haces. Se trata de atreverse, experimentar y confiar en el proceso. Dejarse sorprender es, para mí, la parte más bonita. Por eso me gusta ponerme retos, probar cosas nuevas y descubrir, una y otra vez, de lo que soy capaz, ya sea en lo gráfico, la cerámica o un simple boceto ilustrativo.
Raw Lines
A veces tengo una idea más precisa de lo que quiero crear; otras, simplemente dejo que el mood y el lápiz me guíen. Entro en un estado casi meditativo, donde la mano hace el trabajo por sí sola. Pocas veces empiezo directamente en el iPad: la mayoría de los bocetos nacen en papel, en mi cuaderno, en una servilleta o en lo que tenga a la mano en ese momento.
color play
Es la parte más difícil, aunque no lo parezca. El color es fundamental, pero también caprichoso. La mayor parte del tiempo es donde más horas invierto, buscando los tonos correctos y las combinaciones que se sientan vivas. Es un proceso de juego y exploración: solo mezclando, probando y equivocándome llego a resultados inesperados y, muchas veces, mágicos.
